Monday, October 30, 2006

¿Qué Hacer?

El viernes en el Mercurio, salió una carta al director que me pareció que encerraba mucho más que la ironía que seguramente su autor quiso expresar, decía: en Chiledeportes se investigará hasta las últimas consecuencias, caiga quién caiga, aunque sea Pinochet.
Ya el año 99, en alguno de los últimos seminarios a los cuales fuí invitado, hubo varios que planteamos que se estaba terminando una etapa, positiva y beneficiosa pero que si había un nuevo gobierno de la Concertación no podía ser más de lo mismo, había que revisar las instituciones, llegar con nuevas ideas, facilitar al país un nuevo salto al desarrollo.
Como poco o casi nada se hizo, poco o casi nada se tuvo como resultado en términos de desarrollo.
Para el 2005 ya no estaba invitado a ningún evento en el cual se estudiaran las bases de lo que iba a ser un nuevo gobierno de la misma coalición, sin embargo seguí creyendo que era más urgente aún, plantearse en particular una reforma del estado, que fuera capaz de asumir las enormes deficiencias que ya afloraban en la acción estatal. Nada se proyectó y nada se está haciendo.
A pesar de las voces que se escuchan en estas ocasiones, en cuanto a la inconveniencia de legislar con el muerto aún tibio, de no hacer las cosas apurados, en definitiva de hacerlo bien más allá de superar mediáticamente las crisis, se insiste en continuar haciéndolo de esa manera inconveniente.
Para estos efectos el Estado se puede tomar como una empresa, no se puede pretender hacer una reingeniería de un área sin que ello afecte otras relacionadas, no se puede y así lo señala toda la literatura moderna provocar cambios de fondo si no se incorpora y se trabaja con todos los actores, las imposiciones de arriba hacia abajo no provocan cambios reales de actitudes o conductas, igual resultado se obtiene si el líder no se involucra y conduce personalmente el proceso. No hay empresa que pueda mostrar una reestruración verdadera de viernes para lunes.
Está claro que ya este gobierno no puede aunque lo quisiera, incorporar la reingeniería del estado como una de sus vigas maestras y que poco se sacará interviniendo casuisticamente cada vez que explote un conflicto.
No es necesario, tener mucha experiencia para apostar que vendrán otras denuncias y otras investigaciones y otros escándalos. El problema es sistémico, profundo y cruza transversalmente nuestras intituciones, modestamente lo empecé a visualizar el 99 y el 2005 dije basta.
Qué hacer? primero algo, pero se me ocurre que cuidando los principios anteriores se requiere de la creación de un grupo ad-hoc suprapartidario, gente que tenga las dos cualidades: saber de planificación estratégica y HABER TENIDO EXPERIENCIA DE ESTADO, que se aboque a realizar un diagnóstico y una evaluación y a proponer un rediseño del estado, total, completo, que sea capaz de ser interlocutor de cada uno de los actores del proceso, que pueda sentar las bases de una reforma pensando en el próximo gobierno y que sea obligatorio para quienes quieran aspirar a gobernar el país del bicentenario.
La corrupción y las malas prácticas no son una consecuencia ineludible de la democracia, tampoco se pueden convertir en "la razón" para la alternancia, primero ella se gana y segundo cuando existe un sistema que las facilita, la corrupción y las malas prácticas sólo cambian de nombres y eso sí que debilita la democracia.

7 comments:

Anonymous said...

Buen punto el de Toño. Sin embargo,hay que reconocer que se ha hecho bastante para modernizar la gestión del Estado.
Es más, DIGEDER (perdón Chiledeportes) es un proyecto "nuevo" que se supone debió pasar por el OK de los consejos de modernización respectivos.
Mi impresión es que cuando se legisló sobre la modernización de DIGEDER se hizo sin incendios ni presiones, y lo que resultó fue un traje a la medida de todos los interesados: generosas exenciones tributarias para satisfacer a la oposición y mucha discrecionalidad en la asignación de fondos para satisfacer a los partidos de gobierno.
La experiencia muestra que la agenda realmente modernizadora del estado REQUIERE de crisis para avanzar. Al menos así lo sugiere la crisis del MOP-GATE y, en otro plano distinto, la rebaja de aranceles de Aninat.
En ambos casos habían proyectos de ley listos, que requerían de espacio político para implementarlos.
La idea de Toño, si de vuelca a producir ese "banco de proyectos", puede ser muy útil frente a crisis futuras.

Anonymous said...

Toño:
Comparto gran parte de lo que planteas.
Lamentablemente los esfuerzos de modernización - que se se han hecho - han sido esporádicos e inconclusos; han respondido reactivamente a eventos de alto impacto que posibilitaron un cambio puntual (indemnizaciones, MOP u otros), pero mucho queda en el camino, cuando pasa la urgencia, otras veces el remedio ha sido peor que la enfermedad y ningún gobierno ha perseverado en el objetivo de la modernización del Estado, de manera persistente y sistémica.
Parece ser que el "tinglado" es tan complejo, que siempre se tocan intereses corporativos o de otros (peores), que muchas propuestas incluso planteadas como proyectos de ley, quedan en el camino.
Porque esto requiere un esfuerzo y voluntad transversal y porque trasciende al período de un gobierno.
...Y aunque me carga recurrir a este argumento:parece que todavía nos falta madurez para eso. Qué pena porque nuestra certeza de país serio se nos empieza a desmoronar si no tenemos una estrategia clara e inequívoca al respecto.
Pero también tienes razón en que el mayor cuidado y severidad,debe ser frente a la corrupción. En todas sus formas: la de "gato de campo" y la del abuso de la riqueza y el poder.
No se debe olvidar que para que haya corrupción se necesitan al menos 2. El que ofrece la coima y el que la acepta; el que pide favores y el que los otorga; el que quiere influir por caminos oblicuos y el que se somete.
Eso , que es independiente de la modernización porque solo se llama decencia, es lo que debemos resguardar, cuidar y defender.
Si doy el perfil que exiges, postulo a formar parte de ese equipo que concentrara la mirada en un sistema más y mejor regulado, más transparente y sobre todo con más y mejor cultura y educación.
En un país que sufre el cáncer de la corruptela, no hay modernización ni esfuerzo que valga.
Humildemente opino que sta es una de las provocaciones más de fondo que has hecho.
Jacqueline

Anonymous said...

Admiro tu esperanza. Mientras haya senadores como los que han sido cuestionados y conservan su poder, mientras haya bandidos en las esferas del poder, mientras no haya una idea de la democracia y mientras se olvide al pueblo, creo que nada será posible. Apoyo todas las ideas, pero no sé si creo en alguna. Ayer escuché a Viera gallo en la feria del Libro a propósito de un libro de Ricardo çIsrael: lamentable justificación de lo injustificable.
No es que falte madurez: falta voluntad.

Marcelo Ramírez said...

Estimado Toño:El punto tal como tú señalas es ¿qué (cresta) hacer?, puesto que, así como lo has venido planteando hace harto tiempo, para otros, entre los que me incluyo, esta situación también es más que evidente.

No sé si el camino que propones, el de la comisión de expertos, sea realmente una posibilidad, ya que te aseguro que de conformarse estaría compuesta, probablemente, por varios conocidos (por no decir los mismos de siempre), aunque ahora, eso sí, respetando los equilibrios de género.

Por lo mismo, me da la impresión que en estas situaciones de crisis estructural no hay muchas alternativas de solución y que estas pasan por la emergencia de "hechos portadores de futuro" como podrían ser 1)la emergencia de un líder carismático, capaz de écharse al hombro los problemas y de encabezar la "contra-élite" 2)definitivamente la alternancia, que habitualmente permite la renovación del espíritu de los movimientos políticos (caso PSOE, por ej.). En todo caso para que estas situaciones emergentes se transformen en realidad o en oportunidades, se requiere que se trabaje en la generación de condiciones, a lo que precisamente apunta, por ejemplo, la reforma al binominal (que permitiría, en alguna medida, hacer más competitivo el sistema) y la posible elección de los Gobiernos Regionales (que permitiría las descentralización del poder político y el desarrollo de las élites políticas regionales).

Un abrazo

Anonymous said...

Toño, creo que este es un tema cuya solución conceptual es más fácil que su implementación real. Coincido en lo que señala Jaime Hales sobre la falta de voluntad. Porque a muchos no les conviene cambiar las cosas.

Todo nace de que el dinero abre puertas, y hay algunos dispuestos a darlo y otros a recibirlo cuando ello les trae ventajas. Para combatir esto, hay que analizar qué es lo que persiguen los patos malos en cada estamento. En el sector público, el sector corruptible, hay quienes quieren dinero a secas. Pero también hay quienes desean lograr poder político a través del dinero, porque hoy es muy difícil triunfar en una elección sin dinero. En el sector potencialmente corruptor, el privado, cuando se busca corromper se busca simplemente más capacidad de hacer dinero.

Para desalentar a quienes buscan dinero mal habido para ellos, lo primero cuando se pretende vulnerar la probidad del ambiente público, es aplicar castigos más drásticos que las normas aplicables en el régimen privado. Tanto para el corrompido como para el corruptor.

Quienes desvían recursos del fisco para financiar campañas, u obtienen recursos desde privados que no se registran o están prohibidos por el Servel, penas más drásticas aún, y prohibición permanente de ocupar cargos públicos o de representación popular. Tanto para corrompidos como corruptores.

Junto a esto, que sería mejor pero es insuficiente, deben tomarse otras medidas que generen un ambiente menos propicio a la corrupción (corruptela y corrupción son lo mismo, me carga es matiz de pecado venial de la corruptela). Estoy seguro de lo que se debe lograr, pero no estoy seguro de la medida específica para lograrlo:

1) Generar una clase de ejecutivo público sin incentivos para corromperse. Necesariamente una persona que valora su prestigio profesional y moral, que no busca la elección en un cargo de elección popular, y no responde ante un partido político por su cargo. Y está remunerado de acuerdo al mercado privado equivalente. ¿Qué requiere?. Responder ejecutivamente por el éxito de su gestión: un conjunto de objetivos y metas medibles en un tiempo limitado, discutidas y aceptadas con sus jefes políticos, y la capacidad de obtener recursos para lograrlo. Despedir al que no trabaja o atornilla al revés. Remunerar a su vez de acuerdo a mercado. Fuera el incentivo a enriquecerse o a lograr recursos para el poder político. Se cortan los canales.

2) Mayor poder ejecutivo en la fiscalización de la Contraloría, con consecuencias penales para los infractores de delitos más allá de meros temas administrativos. Mayores recursos para la Contraloría. El "controller" debe ser un poder y un bastión útil contra la corrupción, al igual que en una empresa.

3) Minimizar la exposición mediática de los candidatos, para evitar el desequilibrio del dinero. Se trata no de igualarlos en el acceso al dinero, o en la declaración del dinero que usan, sino en hacer que el dinero sea lo más inútil posible para marcar una diferencia. Por ejemplo, que el Estado financie en los sesenta días antes de la elección espacios exclusivos en que, en base a un criterio de suficiencia en la información, los candidatos tengan acceso único y exclusivo a difundir sus ideas. El resto, puro puerta a puerta. No más carteles ni rayados, ni volantes. Fuera así el incentivo del dinero como medio de llegar al poder.

3) Los cargos ejecutivos y no ejecutivos del Estado, deberán ser llenados por concurso, existiendo una comisión nacional de selección, técnica y en todo caso de representación amplia, para escoger a los funcionarios. En ella deben representarse firmas de Auditoría, Head Hunters reconocidos, etc.. Un funcionario despedido por un ejecutivo por "necesidad de la repartición", podría ser reasignado o repostular en otra parte o en la misma en otro tiempo. Fuera el poder político de repartir cargos....

4) La clase política del Gobierno debe estar en la cúpula, Ministro, Subsecretario, a lo más algunos Jefes de Servicio, no más de quinientas personas incluidos intendentes y gobernadores. nada más. Interactúan y le generan planes de acción basados en la política de gobierno a los ejecutivos públicos, que a su vez plantean sus requerimientos de recursos, y que rápidamente se plasman en el presupuesto. Estos ejecutivos no dan entrevistas, trabajan en cumplir sus objetivos. las explicaciones las da la clase política del gobierno. Pueden ser removidos por el poder político, pero les llega un nuevo ejecutivo que es seleccionado de acuerdo al perfil requerido, no propuesto por el partido al que le toca. Fuera entonces las malentendidas lealtades a caciques políticos...

Este es un concepto de Estado que trasciende al poder político, pero se permea por éste y hace suyos sus objetivos. Algo como en Inglaterra.

Yo creo que para lograr estos cambios se requiere convicción e ingenuidad, algo que la presidenta ya tiene, o está muy cerca de tener. En la medida que llegan los tradicionales, los entendidos, los experimentados en la gestión pública tal como ahora se hace, la fronda de salvedades, excepciones e interpretaciones a ideas que "son buenas y bien intencionadas, pero..." tales principios concepuales claros y que funcionan en todas las grandes organizaciones, terminan asfixiándose.

Claudio.

Anonymous said...

Querido Toño:
Comparto parte importante de tu diagnóstico, en especial que este era un tema para preocuparse hace algun rato, pero no estoy tan seguro en la vía de solución del problema.

En primer lugar, creo que aqui hay dos niveles del problema: uno político en cuanto a que queremos como aparato del Estado y otro técnico en cuanto a criterios de organización, estructuras administrativas, perfiles profesionales y, lo mas importante, criterios de evaluación de gestíón.

El primer nivel no lo resuelve una comisión suprapartidista simplemente porque hoy NINGUN partido tiene una visión clara respecto al rol del Estado. En un mismo partido conviven visiones tan extremas como el Estado productor, el estado supervisor, el estado contralor, el estado regulador, el estado administrador, etc. Esta sobreposición de enfoques es el que hoy permite convivir a un Codelco, una CORFO, una Superintendencia de Isapres, un SII todopoderoso, una ENAMI, 25 direcciones de algo, etc.Cada epoca incorporó algon nuevo pero no supo que hacer con lo existente. Hay un chiste que dice que todos somos liberales en prosperidad y estatistas en crisis.

El segundo nivel en buena medida obedece a lo anterior. Hoy hay organismos estatales que nadie sabe para que sirve o, para no ser tan duro, cual es su rol. Tampoco sabemos que perfiles deben tener las personas que trabajan alli. Tampoco sabemos cuales son los criterios de evaluación validos para su trabajo.

Tambien es un problema el que historicamente el Estado ha sido la forma en que los partidos politicos pagan favores. En el gobierno de Lagos se habló de reducir los cargos de designación presidencial, pero parece que quedó en las ganas

Finalmente, no veo porque pones la restricción de que quienes deban hacer los cambios deben tener experiencia estatal. En general, los privados estamos mas familiarizados con los criterios de evaluación de gestión y los con experiencia estatal, en mayor o menor medida, tiene compromisos con alguna organización politica y por ende no estarán tan proclives a los cambios.

Un abrazo

Lucho

Anonymous said...

SI UN DELITO ES UN ERROR, UN SENADOR UN DELINCUENTE

La actitud adoptada Por el Honorable Senador Guido Girardi es una acción de inteligencia comunicacional, con el propósito de grabar en el inconsciente colectivo de sus ovejas y de los que no son, que lo hecho por él no fue ilegal, sino un error. Desde el punto de vista de la inteligencia comunicacional creo que es útil usar esta herramienta, pero no debiera ser usado por un Senador o por ningún parlamentario o autoridad, en un caso donde se ha cometido un delito. De continuar haciendo este tipo de presión psicológica sobre la conciencia humana de la nación, se logra capturar la mente de la ciudadanía, por medio de la propagación de una idea, con una energía confusa que no asocia la ética , la moral y las buenas costumbres. El Senador pretende por medio del poder blando, influenciar en la opinión publica , para resistir la comprensión de un valor moral dañado. No olvidemos a otros Senadores que habiendo sido observados y probados legalmente sus delitos , no han sido honestos consigo mismo . A Girardi se podría homologar con el caso del Senador Lavandero, quién salió defendiéndose dando la cara en los mass, pero: en ningún momento fue capaz de reconocer sus delitos. Ambos honorables dieron la cara, pero eso no los libra de su responsabilidad en los delitos, dar la cara sirve para mi gusto, que conozcamos quién es el peligroso, cual es el grado de cinismo y de la calidad humana de ese individuo. Para quienes tenemos la capacidad de leer su cuerpo, podemos analizar cada una de sus expresiones, en cada acto y de la proximidad de otros no muy lejanos, como el caso de correos, Spiniak , en el cual el Senador Girardi ha sido vinculado.
Es imperdonable que un senador no sepa diferenciar entre un delito y un error, que no tenga la capacidad de mostrar su honestidad y a demás que intente homologar su ilegalidad, con los actos que el comando de Piñera y Lily, pudieran haber cometido.
Hacer leyes es una misión de todo parlamentario, por lo tanto el Senador Girardi está obligado a saber que el incumplimiento de ellas no es un error, es una ilegalidad. Como tal debe dar el ejemplo, él es un líder, con una gran popularidad, no querrá el Senador que Chile entero empiece a creer que mientras no sea investigado un delito es simplemente un error y que la promulgación y publicación de una ley no tiene como objetivo prever la comisión u omisión de un acto delictivo. El derecho positivo al ser publicado establece las normas y reglamentos que instruyen cuando se comete o no un delito, con el objeto que no aparezcan delincuentes manifestando que fue un error, o que aparezcan con interpretaciones antojadizas o ¿acaso el Senador piensa que asumiendo un papel errático, deja tranquilo a los mas inteligentes de su partido?. Girardi cree que en su partido no existe gente con buenas costumbres, con ética, con moral, que se puede sentir tocada en su conciencia por esta extrema ,contraria y maliciosa interpretación, clasificación y tipificación de un delito, el cual se cometió con pleno conocimiento de las leyes.
Lo que dice el senador Girardi no es un error, pues la figura que el usó para "cuadrar o justificar sus gastos" del personal que trabajó para su campaña, a través de conseguirse un documento legal o factura de venta. Está tipificado como un delito en el código tributario artículo 97 Nº 4, cuya sanción estipula multas pecuniarias y cárcel, para quienes son sorprendidos ejecutando éstas acciones dolosas. (circulares del SII 111/75, 134/75, 13/2001; además de Jurisprudencias Judiciales años 1981; 1995; 1996; 2002 y JJ Nº 8576, de 17/07/2002, Página 586, Manual de Consultas Tributarias Nov. 2005, de Lexis Nexis.
En consecuencia, que el Sr. Senador no continue usando el término error, para referirse a las acciones ejecutadas en su campaña que constituyen un claro delito, y que además, tiene el agravante de ser cometidas por un legislador en ejercicio

Senador el término error significa inexactitud, falsedad, equivocación. Existen distintos tipos de errores, de acuerdo al contexto en el cual se emplee la palabra. En mi opinión, con la posibilidad de cometer un error de apreciación, creo que Usted es honorablemente falso.-
Aquí hay un error de Concepto: inexactitud o equivocación al producir en la mente una idea sobre algo y el delito natural que Usted está cometiendo , antes de que se le acuse por un delitos al Código tributario, “ es engañar y engañarse aprovechando que en Chile existen ignorantes”, de no ser así significa que todos los que aceptan su inteligente idea, son tan cínicos y delincuentes como el que la emplea a su antojo..