Amigo, cercano, cariñoso, leal, franco, afectuoso, ocupado, así recordaremos a Claudio quienes pudimos gozar de su amistad. Sin dobleces siempre dispuesto a jugarse por quienes tenía cerca, si estaba lo decía y si no también, simple pero no común en política.
En ese áspero mundo, Claudio era del mundo de la reflexión y la conversación, de las ideas y los argumentos, pero una vez decidido el curso era también clarito para tratar de conseguir sus objetivos, Claudio era de equipos no lo recuerdo en aventuras -políticas- personales.
Persistente y lleno de momentos ejemplares para quienes creemos en la democracia sin apellidos: presente en la primera manifestación contra la dictadura, exiliado, indispensable en la reconstrucción de la DC y la Alianza Democrática, luego en la Concertación y sus gobiernos.
Dicen que todos los muertos son buenos, pero no por todos a uno le dan ganas o siente necesidad de escribir alguna cosita.
Huepe, te recordaremos siempre.
