En Egipto un movimiento ciudadano fuerte, lo que no significa necesariamente organizado o estructurado, sacó al Presidente con treinta años en el poder, el Ejército no actuó y la balanza se inclinó por quienes eran mayoría, algunos pueden haber pensado no sin cierta razón, que el éxito fue por la inmovilidad de los militares, la tesis detrás de eso es del tipo: " me da lo mismo quien salga, porque al día igual tengo que ir a trabajar", obvia pero que mezcla peras con manzanas y se convierte en una excusa para que una minoría pueda hacer y deshacer.
Libia nos está indicando lo contrario, aquí el Dictador controla las fuerzas armadas y las usa cruelmente, en su demencia, aunque está aislado en la capital, posterga un destino inexorable, será expulsado del poder con militares y todo; difícil será menospreciar la voluntad popular en este caso y bien que así sea. Participar en los destinos de la patria es una obligación aunque al día siguiente tenga que levantarme igual a trabajar, o quizás por eso mismo. En todo caso como lo comentamos con un amigo este despertar del mundo árabe tiene muchos aspectos desconocidos y no fácil de interpretar con los parámetros occidentales, estamos tratando de hacer algo más profundo.
Lo que está pasando en el fútbol era completamente previsible, así era el día a día hasta la llegada de Harold, esto es lo que cambió por cuatro años, por eso que poco se podía hacer en conjunto con estos dirigentes, esto es lo que ellos echaban de menos, por eso que el entrenador elegido es la mejor opción dados estos jefes, en este cuadro Bielsa es afgano, no tenía nada que hacer.
La nueva forma de gobernar el fútbol es con Estevez en el rol de Ravinet y un suculento reparto de segundones. Si a alguien le interesa lea la columna de Bianchi en el mercurio de hoy.
Tenemos dos ejemplos de como se manifiestan los signos de los tiempos, el primero esperanzador, optimista, constructivo y de futuro; el segundo por el contrario, gris, una vuelta atrás a malos momentos que creímos superados, una pesadilla repetida y una verguenza.
Se Puede? Claro! Todo se Puede.
