Creo que fuimos varios los que respiramos aliviados al conocer el resultado negativo del examen de ADN de Mario Kreutzberger, al menos se salva uno. Entre tanta noticia negativa: terremotos y sunamis verdaderos como los de Japón, problemas ahora para una superiora de una reconocida orden religiosa de Chile, plantas nucleares que provocan el pánico y en lo que ya nos estaban medio convenciendo los lobystas de siempre (en el desierto no hay peligro!), la justicia que ahora se suma (mas vale tarde que nunca) al enjuiciamiento de Karadima y en lo deportivo el show que sigue imparable con los grandes de guaripolas del carnaval y evacuaciones carnavalescas para marejadas centimétricas.
Don Francisco representa para muchos una figura muy querida, vigente más de cuarenta años en la televisión, autor e interprete de la única expresión popular solidaria que reune una vez al año a los chilenos, con raros valores que lo convierten en una especie en extinción, no se cambia de canal por contratos millonarios, respetado por moros y cristianos,era como mucho que tambien hubiera caído.
Y en Chile no nos quedan muchos hombres o mujeres que mantengan esa credibilidad tan necesaria para pacificar espíritus, conducir rebaños o entregar orientación cuando se requiere y para callado tambien es necesaria para gobernar bien.
Algo para alegrarse y evitar la enorme lata de volver majaderamente sobre tanta tontera que se repite y repite sin que sus actores den cuenta del inmenso tedio con que son cada vez menos escuchados, leídos y vistos.
