La Maca para quien el 2010 fue un año particularmente bueno: se puso a pololear, encontró trabajo y avanzó en su carrera, ha decidido irse a vivir en forma independiente lo cual era previsible por el hastío un poco evidente que mostraba ya en la casa de sus padres, cuestión normal y por la que todos hemos pasado cumplidos ciertos requisitos.
La decisión fue pensada con mucha cautela e implementada de forma extremadamente natural, nos comunicó su decisión, nos solicitó nuestra eventual ayuda dado que está trabajando y estudiando para apoyarla en trámites como de repente una visita a algún eventual departamento, ojalá que no pero si era posible un aval, seleccionó las cosas que podía llevarse algunas obvias por ser suyas y otras que su madre siempre buena onda con ella le regaló, aún con cierta reticencia mía y en este período de transición nos pidió que comprendieramos que iba a estar mucho mas ausente ya de la casa. Lógico.
Cuando encuentre su nido, creo que tendremos otro hogar donde llegar, bien recibidos y atendidos en la medida que eso sea de vez en cuando, total para eso somos sus padres.
Cuando nos planteó el tema, yo tuve cierto temor porque de repente la ansiedad hace tomar malas decisiones y complica situaciones que son normales, tantas ganas de libertad podían hacer que por ejemplo se fuera a otra casa, donde la mamá de alguna amiga, creyendo que se iba donde su amiga, que olvidara rapidamente su origen y particularmente padres y hermanos, que creyera que con internet bastaba para comunicarse, en fin, para qué hacer una chambonada sin motivo. Esos eran mis temores.
Me acordé de ese pasaje biblico de construir siempre en roca, con cimientos sólidos avanzando y descubriendo cada etapa de nuestra existencia, eso a uno como padre le da grandes satisfacciones, porque además a uno lo obliga también a iniciar una nueva etapa, volver a empezar, partimos los dos y si Dios quiere nos quedaremos los dos.
Bueno una vez más la realidad ha superado cualquier ficción y colorin colorado este cuento se ha acabado.
