Tuesday, June 30, 2009

La Línea Recta.

Debo confesar que el debate producido por la frase: "y que le vaya bien a Andrés" como parte del oficio conductor del blog anterior me pilló un poco de sorpresa, aún cuando me pareció muy interesante que hubiera servido para aclarar posiciones, particularmente a Marcelo y Andrés.
Como mi percepción fue que se estaba hablando en un espacio generado por mí de un tema que yo no había puesto, acudió a mi memoria el Presidente Ibañez y el complot de la Línea Recta.
Se cuenta que reunidos los complotadores en un almuerzo en la antigua Escuela Militar para agregar uniformados al complot, algún mozo probablemente de grado menor y partidario del General se encargó de avisarle de esta reunión. Informado Ibañez se habría escondido en el comedor detrás de unas cortinas cercanas a la mesa sediciosa y sus cabecillas, quienes esgrimían como argumento que "dada la delicada situación por la que atravesaba el país, era necesario hacer un alto e interrumpr temporalmente la democracia hasta restablecer el orden", cuando el Presidente escuchó ésto hizo su aparición desde detrás de las cortinas diciendo: Señores a mí tambien me gustaría opinar sobre eso". El desenlace es que tomó presos a los líderes y acabó con el complot.
La verdad es que consideré que ni el Ferrari amarillo ni la empresita autogestionada aceptarían que desviara el curso de las aguas hacia el análisis político que se producía.
Al contrario de Ibañez, sólo me quedé con las ganas de decirles: -Señores a mí también me gustaría opinar sobre eso.