Thursday, July 27, 2006

A propósito de un correo en que se me informaba que los actos de aniversario de la DC -28 de Julio- se postergaban en Ñuñoa para el 3 y 4 de Agosto lo que no dejó de sorprenderme, se me ocurrió una idea parecida respecto a nuestro Bicentenario, con lo cual me sorprendí a mi mismo.
Dado que no hay en curso ningún proyecto en ejecución, ni ideas que estén por convertirse en proyectos y ni siquiera sabemos que vayamos a celebrarlo, propongo postergar la celebración del Bicentenario indefinidamente.
Para evitar la creación de una comisión que se aboque a entregar proposiciones sobre si es posible o conveniente dicha postergación, podríamos pensar en condicionar la celebración para cuando ocurran alguno o varios de estos eventos:
- El Congreso apruebe el cambio del sistema binominal.
- Tengamos los recursos que justifiquen una celebración.
- Hayamos concretado una Alianza Estratégica con nuestros hermanos argentinos.
- Esté de vuelta José Miguel Insulza. ¡ por Dios el tipo echado de menos!
- La U le haya pagado la deuda a la Tesorería.
- La belleza del pensar haya alcanzado 5 puntos de rating.
- Empezar a preparase para el Tricentenario.
En fin, a cada uno se le pueden ocurrir otras alternativas, pero como vamos justificaremos lo charcha de nuestra celebración con la ponderación, austeridad y responsabilidad de los chilenos.
Me tinca que la gran novedad del Bicentenario será... una gran celebración en el Parque Forestal todo el día y con un desfile de artistas, por eso está tan guardada.
Muchachos y muchachas están flojos para escribir, he revisado diferentes blogs y los "comments" brillan por su ausencia, les recuerdo que pensar sin decir seca igual el cerebro, así es que manos a la obra.
Ah, andan unas encuestas circulando, no les hagan caso la realidad supera cualquier encuesta.

2 comments:

Anonymous said...

Toño, noto un cierto desencanto en tu artículo, algo así como, "este proyecto en que me metí de socio no tiene buenos gestores". Claro, para qué estar preparando fiestas más encima.

Lo que pasa es que cada vez más queda claro el rol de socio minoritario dentro del acuerdo. Pero además, parece que los "mayoritarios" tampoco están muy conformes, y no tienen claro para dónde van.

Viene una época interesante, en que quienes se sienten con capacidades de liderazgo empiezan a alzar sus voces. Eyzaguirre hablando de educación, Girardi disfrazado de médico en una posta pidiendo más recursos aún, Insulza al aguaite porque por el momento la pista internacional está pesada. De la DC poco, porque el único que habla con cierto sentido de país es Foxley, y está metido en un zapato chino.

La situación la veo así: este es un gobierno cuyo énfasis es gastar para resolver urgencias de los pobres, que se mueve entre dos fuerzas contrapuestas: la picazón de manos por ayudar a sus grupos de interés, y por otra, miedo de que la fiesta presupuestaria se acabe, porque la mayoría de los "nuevos líderes" ignora cuales son las palancas y los estímulos que se necesitan para hacer crecer un país. Así, prevalece aún un cierto "sentido de responsabilidad" para el gasto: No es más que el temor de volver a tasas del 2 a 3% de crecimiento que ocurrió en el primer periodo de Lagos, y quedarse en un escenario político desolador. ¿Cuándo? precisamente para el Bicentenario...

Pero hay algo que personalmente ya advierto como un hecho: no hay conducción. Es bueno tenerlo claro cuanto antes.

Claudio.

Antonio Lara said...

Claudio: me resulta preocupante estar tan de acuerdo contigo,¿será la edad?