Saturday, November 18, 2006

Cuidado con el Remedio (II)

Confusa semana ésta que termina; la situación tiende a estancarse más que a encontrar una dirección adecuada de salida. Con Bachelet ausente y varios Ministros diciendo que están trabajando por encargo de la Presidenta, dónde uno tiene el legítimo derecho a preguntarse sobre la veracidad de tal encargo lo que reflejaría algún grado de conducción que es precisamente lo que creo que ha faltado; se intuye una respuesta pero no una salida.
La tendencia general no puede ser más propia de nuestra idiosincracia: uno, esto es cosa de abogados y por lo tanto de más leyes y controles administrativos; dos, la crisis se soluciona adoptando exactamente la postura opuesta extrema: a los directivos nominados por los partidos políticos se les debe reemplazar por concurso público generalizado: fuera los "políticos" bienvenidos los tecnócratas, lamentablemente la principal propuesta de la DC es el mejor símbolo de ese comportamiento: del blanco al negro, los grises no existen. Y siempre existen y no son medias tintas.
Una curiosidad que observo es como los partidos políticos todos, se han puesto en la vereda del frente o como observadores desde el cielo, y desde allí tiran propuestas, sin asumir que el problema está radicado justamente ahí, lo que no significa que haya que rematar los partidos sino que ellos deben revisar y modificar sus conductas. Nadie asume que los cuestionados son personas que ocupan esos cargos, por presión exactamente de directivas, parlamentarios y personajes influyentes de los propios partidos.
Es como empezar a contruir -alguien diría continuar, yo no lo creo así- justamente el Chile que no queremos, aséptico de políticos y por lo tanto de política, con la maldad y los horrores ubicados en la esfera pública y con un mundo privado empresarial y personal donde reina la virtud y la ética. Esa visión está lejísimos de la realidad. Bastaría con la obviedad de señalar que para que exista corrupción SIEMPRE se necesitan DOS.
Esta visión que pone al mercado como el Olimpo de la ética, justo en la semana de la muerte de Friedman, el papi de la cosa, me hace recordar una de las últimas frases célebres que escuché habría sido dicha por el Nóbel: " yo no compraría jamás en una empresa que aplicara la responsabilidad social, por que eso significa que no está cumpliendo con su objetivo de maximizar utilidades". Para Friedman, que una empresa incorporara niños a su trabajo tenía menos importancia que si dejaba de maximizar utilidades.
¿Que tiene que ver con lo anterior? mucho.
El conjunto de valores que los responsables del Estado transmiten a la sociedad con sus dichos y sus hechos, van creando conductas y actitudes que hacen crecer personas y sistemas más o menos desarrollados en su dimensión humana y comunitaria. Si no fuera así daría lo mismo quién ejerce el poder y parece que los chilenos podemos decir con certeza que no da lo mismo, ¿o ahora va a a empezar a dar lo mismo?
Me está haciendo falta el : "yo me comprometo a" de parte de la clase política y dirigente, que puede sonar muy jesuita pero que cuando hablamos de conductas aparentemente ya casi inconcientes en nosotros, se hace indispensable si buscamos un cambio real y no una solución mediática del tipo "al que lo pillan se va"
Creo que el Poder Ejecutivo es de carácter político- técnico, ambas dimensiones indispensables en el ejercicio de sus funciones, la situación actual se produce por el desprecio de los partidos a lo técnico, pensar que ahora despreciando lo político se soluciona el problema es parte del mismo grave error, mi gran inquietud es que creo que en las más altas esferas se quiere optar hace rato por lo segundo.

2 comments:

juglar said...

El remedio debe ser para la enfermedad y en tal sentido hay que ser cuidadoso con el diagnóstico:

1.- Los que inventaron a estos tipos terribles que son los operadores politicos son los proceres politicos que hoy razgan vestiduras y miran, como tu dices, desde afuera, como si ninguna responsabilidad les cabe. Espero que todo este cagazo deje al menos un par de cadaveres de este tipo para ver si algo aprenden
2.- Los tecnócratas tenemos un merito que los politicos no tienen: hacemos las cosas porque creemos en ellas y no porque ello nos reporta votos, simplemente porque no nos interesan. Entonces, en la administración publica, no en el alto diseño de politica, prefiero a los tecnocratas.
3.- Un escritor dijo alguna vez que lo malo de la politica son los politicos. Estoy de acuerdo que no existe la democracia sin politica, pero tambien creo que hay materias en la cual es mejor sacar para el lado a los politicos, por ejemplo, la economía. Tal vez ha sido una de los grandes aciertos de la Concertación contar siempre con tecnicos brillantes en Hacienda.
4.- El mercado tiene distorsiones, pero mas los tiene el Estado manejado por pelafustanes.

Un abrazo

Lucho

Anonymous said...

Toño:

Yo creo, sin duda, que es mejor tener a cargo de la implementación técnica de una acción política, a alguien convencido de que esa política es correcta, que a alguien -por competente que sea- que no lo está.

Pero creo que el asunto de cómo se seleccionan los cuadros que hacen exitosa la acción de un gobierno, debe tener una definición previa que rompa el esquema de malentendidas lealtades a partidos y caciques nominadores intermedios.

Debe existir un grupo de cargos, desde los ministros, subses, Directores de servicios con alta componente política, e incluso asesores de alto nivel orientados al área política, que deben provenir de una designación con criterio político. La pregunta clave para decidir quienes son es: ¿Si el Gobierno cambiara a otro bloque político, quienes deberían ser cambiados para garantizar una acción política efectiva?.

Y la otra cara de la medalla, a mi juicio sería: ¿Quienes dentro de los cargos de Gobierno se rigen por metas objetivas de gestión, medibles, no blandas, que aconsejan su permanencia si cumplen bien, aún ante un cambio de coalición gobernante, para precisamente mantener y no desmejorar una buena gestión?. Pienso que los criterios en cada caso deberían ser distintos.

Mientras en el primer caso el Presidente debe establecer de acuerdo a su carácter y relación con los partidos que lo soportan, un criterio propio de selección, para los segundos, cargos ya predefinidos que no afectan la acción política, debe existir un criterio simplemente eficientista. Me da lo mismo Lamarca, Echeverry, Toro ó Inhenn como Director del SII, si acuerda objetivos generales de recaudación con Hacienda, y los cumple con eficiencia. En la Casa de Moneda, donde fuiste Director, tendría simplemente un buen ejecutivo que haga su pega..., como tú trataste de serlo, asfixiado en la ineficiencia y las intrigas políticas.

Pero ahí precisamente está la clave de porqué este esquema no debe quedarse solamente en un método de hacer designaciones independientes de presiones políticas. Ello no sirve si bajo estos jefes técnicos hay una pléyade de funcionarios que responden a lealtades de caciques, operadores que "piensan y actúan" como PPD, DC, PRSD ó PS, y que más encima no se pueden destituir por no hacer bien su pega.

Conclusión: Donde dentro del aparato del Estado sea recomendable tener servicios y direcciones técnicas, TODOS deben ser elegidos por sus competencias, tener un jefe técnico elegido dentro de lo mejor; tener garantías limitadas de estabilidad, (solamente respecto de no ser echados inmediatamente por cambio de gobierno), pero no tener inamovilidad en el sentido actual. Y, por supuesto, estar en el mercado laboral y tener movilidad.

En los cargos políticos, aquellos que le sirven al Gobierno para orientar sus objetivos, que lo decida el Gobierno. Como debe compatibilizar variadas cosas, lo hará de acuerdo a su coyuntura. Cuales son tales cargos deberá decidirse con antelación y ser compartido por la sociedad.

Lo que sí, deberá reducirse o anularse el poder de esta clase política, de generar "poder político" por la vía de disponer de los cargos del otro segmento, el técnico. Ello supone evaluaciones objetivas de su gestión, de acuerdo a metas que los representantes del poder político les imponen al inicio de su gestión.

la Concertación, y la DC dentro de ella, haría una contribución determinante al avance del país si le diera fuerza a un esquema de este tipo. Ello no significa disminuir el poder político de los partidos. Solamente significa disminuir el caciquismo. Así, los buenos políticos surgirán por su fortaleza y claridad de sus ideas, más que por su capacidad de armar máquinas de lealtades por cargos concedidos...

Claudio.