Wednesday, August 08, 2007

Penélope

En un apartado de la mesa del café del último fin de semana, en la sección mitos y realidades se tocó la leyenda de Penélope esposa de Ulyses rey de Itaca. La versión más popular, romántica y conocida es que nuestra heroína simboliza la fidelidad a toda prueba cosiendo y descosiendo por las noches el sudario que hacía para Laertes su suegro, con el compromiso que sólo cuando lo terminara podría dar por muerto a su esposo y así elegir entre sus numerosos pretendientes. No está claro que Penélope hiciera eso al menos por las noches.
Ulyses pretendía a Helena la mujer más bella del reino, pero la competencia iba a ser muy dura y prefirió quedarse con Penélope, luego partió junto a otros príncipes a la guerra de Troya y se dice que fue quien tuvo la idea del famoso caballo que decidió el conflicto.
Pero volvamos a Penélope, no es fácil creer que sus numerosos pretendientes se dejaran engañar por años con el cuentecito del telar ausente Ulyses ella gobernaba el reino y quien eligiera pasaría a ser el nuevo Rey de Itaca.
La versión más realista habla más bien de una mujer de mucha intuición, voluntariosa, decidida, dulce aunque un poco mandona y quizás con algún sentimiento de tristeza y soledad - se dice que su padre esperaba que ella fuera hombre y que al principio la rechazó, terminando finalmente por aceptarla- sin mucho interés, ausente el héroe de compartir su reinado. Muchos hombres pulularon por Palacio y ella usando su intuición y los otros atributos fue sorteando los obstáculos dando a cada uno lo suyo y dejando que el tiempo pasara. Se habla de fiestas y eventos que Penélope dejaba hacer en la medida que no pusieran en peligro su reinado. De repente todo esto puede ser la típica mala intención de cronistas ya en esa época faranduleros.
En todo caso su fortaleza indiscutible estaba dada por su particular y delicado manejo de sus encantos e intuición , para mantener la fidelidad a su marido y de paso el manejo del reino es más razonable pensar que no renunció a momentos placenteros ni a ciertas aventurillas si era necesario.
No pasó mucho en Itaca durante todos estos años, algunos hablan de años perdidos pero eso ya son habladurías, es más lógico pensar que el pueblo se dedicó a esperar la vuelta del héroe y la Corte tuvo lo suyo.
Penélope, Penélope cómo se echó de menos a Ulyses en todo ese tiempo.

2 comments:

Marcelo Ramírez said...

Gran artículo Toño, el problema es que en nuestra propia Itaca, bastante menos relevante en términos históricos y épicos que la original, las cosas giran en dirección contraria y ya se anuncian, ante tribunas internacionales, reiterativas medidas tendientes a promover la participación femenina en la política, en base a parámetros que ni siquiera en el mundo desarrollado se han alcanzado y bajo el supuesto cuestionable de que este es el tema central de la política pública.

Un abrazo,

MR

Anonymous said...

Toño:
Brillante!! debe ser lo mejor que te he leido

Un abrazo

Lucho C