El CHILE QUE NO QUEREMOS

El silencio de todos estos días, tiene que ver con una amarga sensación de que lo que ha pasado no es bueno para nuestra convivencia y entonces cómo buscar aportar sin echarle pelos a una sopa que ya se encuentra bastante desnaturalizada.
Los hechos son inmodificables, en particular la muerte, pero la forma como los enfrentamos, las actitudes que asumimos son construidas por cada uno y pueden ayudar a mantener la convivencia o pueden cooperar a deteriorarla hasta niveles inimaginables; para los que ya tenemos algunos años y memoria.... no tan inimaginable.

Más se le pide a los ilustrados que a los que no lo son.

Y me acordé del título de este libro de Villegas y me pareció un buena dirección sobre la cual trabajar para mejorar la convivencia amenazada.

Si cada uno hacemos el ejercicio de plantearnos las cosas que no queremos para nosotros y para el país y actuamos en consecuencia, temperaremos el clima que se vislumbra, obviaremos repetir errores del pasado y seremos capaces de seguir aportando para el CHILE que SI queremos.

Habrá un grupo de gente que pueda pedir detener la forma en que estamos encarando los problemas y enfrentando nuestras legítimas posiciones? Estoy disponible.

Todos los temas pueden y deben discutirse: corrupción, homenajes, monumentos, temas pendientes en lo económico, social, político, cultural; también cómo los que están en el gobierno luchen por mantenerlo y los que están en la oposición por ganarlo. Pero para que cada uno pueda esperar ver cumplidos sus deseos hay un requerimiento básico: mantener el "animus societatis".

No me gustan los desfiles ni de unos ni de otros, tampoco los silencios ni para unos ni para los otros. He aprendido a no generalizar, aunque aún me cuesta; puede y hasta debe haber conductas incorrectas o delictuales pero no puedo, no tengo derecho a enlodar por la mera denuncia y menos a sacar conclusiones sólo a partir de ella. Que nadie abdique de sus convicciones, sino sólo las ponga al servicio de los demás.

Y si el fiscal Armendáriz termina sin pedir penas graves para muchos: ¿se nos caerá el Fiscal? ¿lo acusaremos de concomitancia con los poderes establecidos? Por favor, no más.

El poder es demasiado atractivo para muchos, pero conseguido parado sobre mi enemigo y peor si sólo es mi adversario se vuelve triste e ilegítimo.

Si alguien cree que se gana algo con este sistema que por favor lo explique.

No estoy escribiendo a propósito del espíritu navideño, aunque no puedo negar la posible presencia del Espíritu Santo en este comentario.

Porqué en vez de preparar un "verano caliente", nos aprontamos a aprovechar el sol y su energía en reparar el gasto realizado en el año, gozar un descanso merecido, conversar los temas que nos inquietan y no darle más trabajo insensato a las instituciones encargadas de cauelar el bien social, aprendiendo a esperar antes de condenar.

Como muchas veces siento que todo esto se podría haber dicho mejor y más corto, pero mis talentos están todavía en proceso de desarrollo.

Feliz Navidad para cada uno de Ustedes.