Aunque han pasado muchas cosas, quiero detenerme en un artículo de Jorge Peña en el mercurio del domingo 18 que me ha hecho ruido, habla sobre la melancolía y la depresión en realidad casi sólo afortunadamente de la melancolía.
La define como un estado en el cual se pierde el sentido de la vida, generando por lo tanto una actitud de desafección y falta de compromiso, cuyo resultado es la inmovilidad y en definitiva la pereza.
En el entorno de la familia, todo anda bien y los quehaceres continúan todo bien, pero en el otro el de la sociedad en la cual se está inserto, no.
Algunos de quienes hemos sentido alguna preocupación y aunque sea por momentos también nos hemos ocupado e intentado cooperar en la construcción de un país mejor, tengo la impresión de que podemos estar pasando por un agudo momento de melancolía.
Luego de un poco más de tres lustros de políticas afines con lo que creíamos, en que podemos tener mayor o menor acercamiento con lo realizado es posible que el consenso sobre la "obra" se haya ido diluyendo, flagelantes y autocomplacientes seguirán discutiendo.
Pero haciendo abstracción de eso, creo que si uno se para este momento e intenta proyectar las tendencias hacia el futuro se puede ser más meláncolico que ( de acuerdo al artículo) magnánimo que sería lo contrario, es decir con sentido de vida, entusiasta, optimista y por lo tanto activo.
Matetrialmente cada vez mejor, tendemos a una sociedad de personas cada vez más débiles.
Con casi todas las vocaciones seriamente dañadas o cuestionadas, hagamos justa excepción de la vocación por el dinero y la acumulación de bienes: ¿qué signos estamos entregando a la sociedad para que sirvan de guía y normas de conducta?
Curiosa contradicción la actual, mientras muchos salen del closet y nos muestran esa parte que durante tanto tiempo quisimos desconocer, o sea reconozcamonos y aceptémonos como somos, valor positivola razón principal y casi única de vivir es el bienestar personal, transformar el mall en un parque de diversiones aunque no sea más que un lugar de compras, convertir la farándula en tema de conversación con hombrecitos y mujercitas ricos o ricas pero sin neuronas, Si no estás es porque no sabes venderte o porque no eres rentable, contigo no se gana ni dinero ni espacios en los medios: no sirves.
Aprende la técnica que te permita adquirir bienes los que necesites y los otros por si se necesitan alguna vez, pero no pierdas el tiempo adquiriendo conocimientos, ni por preocupate por el bien común...ni por las personas , todo eso está depreciado: valor contable $1.
Exclusión por todas partes, los que no tienen recursos económicos porque están en la periferia del mercado, y sabemos lo peligroso que son las periferias en todas partes, los que necesitamos de sueños y utopías para movernos descalificados por anticuados. Sin ver las mañanas y tardes de la TV uno se convierte en un ser silente ajeno a cualquier conversación. Yo lo encuentro simplemente degradante.
Creemos haber descubierto una nueva fórmula mágica uno más uno da dos, el pequeño problema es que a pesar de todo unos con otros dan más que dos.
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