Wednesday, August 01, 2007

Proyecto de Ley

A propósito de la omisión cometida por Belisario con el informe sobre el transantiago, creo que todo lleva a proponer a la Real Academia la creación de una nueva palabra acompañada de su proyecto de ley respectivo, no creo que la derecha se oponga así que el gobierno podría hacerlo.
Veamos, hay un informe que la Presidenta conoce de acuerdo a lo que Belisario informa en la mañana, pero en las declaraciones de la tarde dice que no; la Senadora Alvear no lo conoce pero su amigo el Senador Pizarro sí; Bitar tampoco lo conoce y pide la renuncia de quienes no lo divulgaron, o sea Pizarro tiene razón debe pedírsele la renuncia a la Presidenta; Cortazar dice que no lo conoce, ¿nadie se lo contó? ni la Presidenta cuando le ofreció el cargo, ni su subsecretario, ni Promis jefe del transantiago que ha pasado piolita, ni Blas cuando conversaron: nadie. Mentirosillo el Ministro.
Entonces este es un oscuro asunto masculino, luego corresponde tipificar la falta y propongo llamarla HOMICION, junto con el FEMICIDIO estoy seguro que sacamos premio de la Academia.
Para hacer ejemplificador el castigo a la homición debe mandarse un proyecto de Ley que podría copiarse ¡con cuidado! del otro, ya me imagino a la diputada Saa y sus colegas rebozantes de alegría declarando el orgullo de vivir en un país tan hipermoderno en que se avanza con paso seguro o taco alto hacia la plena igualdad de género.
Como esto es posterior a las contumaces homiciones de Lagos Weber jefe del chiledeportes y total desconocedor de la lectura de curriculum, él no sería afectado y podríamos seguir gozando de su alucinante creatividad.
Creo que pasajes como éste, deben ser registrados en la historia patria para conocimiento de nuestros descendientes.
Y saben qué ¡yo lo conocía!

1 comment:

Anonymous said...

Toño:

Había escrito cosas irónicas respecto a estos temas, que finalmente no sentí que valiera la pena dar a conocer.

La verdad es que mi sentimiento, como el tuyo, es de desaliento.

Mas allá de puntuales acuerdos o desacuerdos respecto a determinadas actuaciones, siempre sentí que el grupo de personas que forma parte del Gobierno en su parte más ejecutiva, estaba -en su mayoría- imbuido de algunos principios de ética profesional que yo mismo trato de seguir en mi trabajo:

1º Tratar de esforzarse cada día y hacerlo bien.

2º Aprender y poner en práctica lo aprendido. Ello incluye, por supuesto, aprender de los errores.

3º Entender el sentido del trabajo como un servicio a los demás y la remuneración propia como la justa recompensa a ese servicio.

4º Asumir con entereza (iba a decir con hombría) la consecuencia del trabajo mal ejecutado.

5º Tratar de alcanzar sinceramente los objetivos trazados para mi tarea por mis superiores, entendiendo que la definición de un trabajo bien hecho me la da mi superioridad, y que si yo permanezco debo tratar de hacerlo así, porque estoy de acuerdo con ello.

Bueno. Demás está decir que en el ámbito de gobierno hoy en día no existe verdadera ética de trabajo: Como la superioridad es ambigua, ( tal vez es algo como el rating), los objetivos a lograr son ambiguos y cambiantes. Ha desaparecido la responsabilidad sobre los actos. No estando claros los objetivos, desaparece la responsabilidad y sólo queda el deseo de permanecer. Y a la hora de asumir responsabilidades y salir del cuadro, todos los afectados, tal vez con justa razón, encienden el ventilador ¿Porqué a ellos y no a los demás?.

Chile es hoy día una empresa industrial mal manejada que tiene la suerte de que su producto estrella toma del mercado un precio alto. Sube los sueldos de acuerdo a las presiones de cada área de ella. Los jefes trabajan mal y con descoordinación. Los errores se ocultan y las responsabilidades se obvian. No hay visión de futuro. No hay desarrollo de nuevas áreas de competencias.

Y el gerente deja que pase todo eso, un poco porque no sabe cómo hacerlo, y otro tanto porque, después de todo, la empresa vende a buen precio su producto principal y está en azul. Después de todo, si la cosa sigue así, tal vez igual reciba el bono.

Claudio.