Wednesday, October 24, 2007

Por Qué o Para Qué?

El sábado pasado sin razón aparente un contertulio del café, creo que Antonio M. se acordó de Roger Vekemans, se conversó brevemente sobre su importancia en la DC de los 60 y 70, su libro famoso: Doctrina, Ideología y Política y nos preguntamos si estaría vivo, si habría muerto y si estaría en Colombia o en otra parte. Nadie lo sabía.Hoy en la sección obituario de el mercurio, se informa que ayer murió el cura Vekemans s.j....
Porqué vino a la memoria de nosotros tres días antes de morir?
Quizás si la pregunta más relevante es:
¿Para Qué, nos acordamos de él?
Cada uno tendrá su interpretación, tratará de sacar sus propias conclusiones, habrá sido el simple azar? que lleva a hacer conciente un recuerdo de esos años tan lejanos, en un momento que sólo se explica tres días después?.
Yo no puedo hablar de Vekemans, no lo conocí, ayudó a mi formación con el libro ya señalado, posiblemente también ayudó a tomar una opción política, porque su influencia en la DC de esos años es innegable.
No sé si hoy él se sentía interpretado o no con esta DC, sería injusto acudir a él para cortar afectos o recuperar afectos, tampoco sé si eso será parte del Para Qué.
Pero tampoco me gustaría pasar indiferente esta señal, tan paradójica. Serán los próximos días más aclaratorios?
Por el momento, sólo atino a creer que igual que Zañartu su objetivo era simple: hacernos pensar en alguna dirección correcta. Me dieron ganas de ir a la Misa.

4 comments:

Moviliza said...

Papá,

La verdad yo no tengo idea quién es ese cura Vekemans, pero me parece extrañísimo que estés leyendo los obituarios.

Besos,

Pablo.

Anonymous said...

El hecho de recordarlo parece tener fundamento en la importancia que tuvo para ustedes. El por que en ese momento... dificil de explicar, porque tal vez en un paradigma cientifico no exista explicacion y sea atribuido al mero azar. Si nosotros los humanos no intentamos comprender lo que sucede a nuestro alrededor o no intentamos dar sentido a los eventos, la vida no seria vida, sino simples hechos que van uno tras otro carentes de significado. El hecho de que pudieran comunicarse a traves del recuerdo con el padre Vekemans cerca de su muerte, yendo mas alla del azar, es fantastico.

(pido disculpas por la ortografia, ya que escribo en un teclado sin acentos...)

Anonymous said...

Pablo:
No es pecado ni malo leer los obituarios, a esta edad es necesario... ya lo verás.... (además ese recuerdo de El Mercurio era bastante mayor a un obituario), a tus padres, a mi y a muchos otros ese nombre es mucho mas que uno mas ... es parte importante de quienes contribuyeron (dieron alimento) a formar nuestros sueños e ideales....
por casi último ... y no menos importante Macarena.. .las "presencias" son perfectamente posibles..¿quién descarta la relación de nuestros recuerdos inconcientes (esos que pasaron del conciente al inconciente)con otros eventos que los impacten?, el que no hayamos podido establecer algo por el "método cientifico" no significa que no exista. Finalmente, también sentí que envejecía un poquito al descubrir que otro de los sacerdotes que nos han formado, ya ha resuelto las dudas (que a todos nos asoman de tanto en tanto)y esta en otra.
Juano

Marcelo Ramírez said...

Bueno Toño, no sé si será otra coincidencia, pero hoy domingo en la mañana me quedé literalmente pegado en la pantalla viendo el programa de Warnken (Una belleza nueva), quién estaba entrevistando a Sergio Peña y Lillo, psiquiatra cristiano que, entre otros temas tremendamente interesantes, ponía acento en la relevancia para los cristianos de la paradoja, como medio utilizado por Jesús para transmitir sus enseñanzas. Mencionaban un libro de Peña y Lillo que al parecer es notable, se llama "El temor y la felicidad", y rastreando en el google encontré que se trata de un "texto que postula que la felicidad es el estado natural del psiquismo humano y la condición más radical de su normalidad. Se propone, además, un camino para alcanzar la dicha: el del vencimiento del miedo".

En resumen, de verdad a mi también me hace sentido haber descubierto a Peña y Lillo, entrado ahora a tu blog, en un día y hora insólita (domingo, 7 de la tarde, en el Tavelli de La Reina)y haberme enterado de la muerte del cura Vekemans, con el que al igual que tú apredí las diferencias básicas entre doctrina, ideología y política.

Un abrazo