He vuelto acompañado

Estamos de vuelta, han pasado cosas al mundo a Chile y a mí: la más importante es que ha llegado la Sofía Paz, la primera nieta. Llegó un 26 de marzo, haciéndonos abuelos y de paso haciéndonos recuperar los recuerdos de esa hermosos momentos en que fueron apareciendo nuestros propios hijos con Macarena la madre incluida.
La Sofía nos llegó gratis o quizás no tan gratis pero su aparición como que saldó las cuentas y como los textos aquí estamos actualizados y aumentados.
Si es parecida a su madre o a su padre lo dirá más el tiempo que esas facciones que apenas se muestran, sus expresiones y sus pulmones van indicando que tendrá caracter como su abuela y su madre. La Sofía es exagerada, llora como si nadie supiera que ahí está presente o mejor omnipresente. No suele estar en silencio y no es de oraciones, cuando se supone que está durmiendo mueve la boca, los labios, hace ruidos y sueña.
Tengo la idea que su abuelo -yo- no le disgusta porque se acurruca como un guatero, así dice su madre, duerme y me deja ver a la U.
Igual que la Sofía,  también la U ha seguido entregando alegrías lo que ha convertido este inicio de año en un lindo período.
Obviamente que han sucedido otras cosas en el mundo pero ninguna tan significativa como la que he contado.
¿Se pondrán todos los abuelos igual de babientos? Sí.
Bienvenida Sofía, para eso estamos.